HACIA UNA MEJOR CALIDAD DE NUESTRAS ESCUELAS.

HACIA UNA MEJOR CALIDAD DE NUESTRAS ESCUELAS. SYLVIA SCHMELKES



miércoles, 14 de diciembre de 2011

Capítulo X Algunas implicaciones de la calidad.

Según la autora de este libro (Sylvia Schmelkes, 1995), la calidad tiene implicaciones de cambio cultural profundo en la organización.
La complacencia es el peor enemigo de la calidad, por lo que implica crítica y autocrítica. La condición es que la crítica genere sugerencias, sea creativa y constructiva, y conduzca a que todos mejoremos.
Para que realmente pueda darse un proceso de crítica y autocrítica, en un ambiente de libertad, es necesario que esto se trate abiertamente en las reuniones de equipo al iniciar un proceso de mejoramiento de la calidad.
La calidad implica valorar la diversidad. No se trata de que todos pensemos igual, ni de uqe todos veamos las cosas de la misma manera. Por el contrario, la pluralidad de los puntos de vista es lo que enriquece la posibilidad de encontrar soluciones.
Si aceptamos y respetamos las diferencias, tendremos la posibilidad de llegar a consensos mucho más profundos. El consenso que se logra supone que todos han llegado a un convencimiento profundo de que lo que se decide es la mejor opción.
El beneficiario es la referencia obligada de todo proceso de mejoramiento de la calidad, es lo que motiva al plan.
La calidad se preocupa más por la justicia que por la igualdad.
Nosotros, como causantes de la calidad, tenemos la exigencia de creer en nuestros alumnos. Creer en los alumnos significa apostar a que son capaces de aprender como aprenden los mejores alumnos del país.
La calidad se comparte. Lo anterior significa que tenemos la obligación de compartir con nuestros colegas maestros, y con nuestros superiores y autoridades educativas, nuestros logros y las formas en que los hemos obtenido. En educación, la verdadera medida de la calidad se encuentra en la extensión del movimiento a otras escuelas de la región, a otras regiones, al sistema educativo como un todo.
Opinión.
Al igual que en los capítulos anteriores, la autora deja en claro que la calidad tiene implicaciones muy profundas, ya que no sólo se trata de buscarla y encontrarla, sino que tiene que llevar un largo proceso donde todos los involucrados participen y logren llegar a un acuerdo mediante la crítica y la autocrítica, lo cual es lo más difícil de conseguir.
También nos recuerda que los beneficiarios son el motivo de todo proceso de mejoramiento de educación, por lo que es necesario hacerlos participes y compartir con ellos el resultado del proceso. Lo cual me recuerda los temas tratados en la clase de Escuela y Contexto Social, donde la maestra nos explicaba que la comunidad interviene de manera directa en la escuela, y es la que exige el proceso de un mejoramiento de calidad educativa, ya que ellos son los afectados por el mal desempeño académico que la falta de calidad provoca.

Schmelkes S. (1995). Algunas implicaciones de la calidad. En: Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 117-125). México DF., SEP.

Capítulo IX la calidad necesita la participación de la comunidad.

Según la autora de este libro (Sylvia Schmelkes, 1995), la mejor manera de tener en cuenta al beneficiario es hacerlo participar.
En educación básica no se puede entender la calidad sin una activa participación de los padres de familia, que debe ser propiciada por la escuela como un todo y por cada uno de los maestros con los padres de los alumnos.
Padres, comunidad y maestros tienen metas comunes. Por lo que el trabajo conjunto por la obtención de estos objetivos producirá mayores y mejores resultados.
Una vez incorporado el servicio educativo en una comunidad, la escuela se vuelve parte de la vida de la misma.
A pesar de que en todas las escuelas de un determinado país los programas son iguales, cada escuela es distinta, cada escuela tiene su propia identidad. Es natural que asi sea, porque la comunidad se “mete” en la escuela. Los alumnos también traen consigo los problemas de la comunidad y de las familias.
Algunas ideas de cómo propiciar la participación de los padres de familia y de la comunidad, es irlos involucrando en la escuela y en el trabajo escolar de sus hijos:
·         Nuestro trabajo desde el aula.
Involucrar a los padres de familia en tareas escolares o en la impartición de clases específicas.
·         La creación de un ambiente familiar propicio al aprendizaje.
·         El apoyo especial de los padres a los alumnos rezagados y/o a los que presentan problemas especiales de aprendizaje.
·         Otros aspectos en los que pueden establecerse relaciones entre la escuela y la comunidad.
El consejo técnico es el espacio idóneo para llevar a cabo estas actividades.
Todas estas actividades contribuyen a establecer un clima comunitario cordial y de colaboración que no sólo evita los innecesarios desgastes, sino que estimula a los participantes.
El proceso de la búsqueda de una mejor calidad del aprendizaje se verá fortalecido en la medida en que involucremos a todos los que comparten ese mismo objetivo.
Opinión.
A mi parecer este capítulo esta íntimamente ligado con la sección VIII del Artículo tercero Constitucional y con los Artículos 65, 66 y 67 del capítulo VII de la participación social en la educación,  en la Ley General de Educación, ya que éstos tratan la participación de los padres de familia y de la comunidad en general  en los procesos educativos, y la autora nos plantea que para lograr una buena calidad educativa es necesario que tanto los padres de familia como la comunidad, que son actores y beneficiarios de suma importancia, sean parte de los procesos de educación que reciben los alumnos.

Schmelkes S. (1995). La calidad necesita la participación de la comunidad. En: Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 101-116). México DF., SEP

Capítulo VIII la planeación y la evaluación para la calidad.

Según la autora de este libro (Sylvia Schmelkes, 1995), la búsqueda de la calidad se inicia con el  reconocimiento de la existencia un problema. Este problema puede ser de dos tipos: una preocupación por los resultados deficientes que la escuela está produciendo, o una preocupación por los procesos deficientes que la escuela está desarrollando.
El problema puede proceder por parte de la quejas de los beneficiarios, por el propio personal que labora en la escuela o de la dirección.
El director se involucra en el problema y genera una o varias ideas de como las cosas pueden ser mejores. Esa idea se tiene que convertir en plan. Por eso la planificación es un aspecto importantísimo en los procesos de mejoramiento de la calidad.
Las características del plan son:
·         El plan debe elaborarse en equipo.
·         El plan debe comenzar por estabilizar los procesos, o por definir la estabilidad existente.
·         Diseñar los resultados deseados.
·         El plan debe privilegiar los procesos de prevención del problema.
·         El plan debe privilegiar la disminución de las variaciones por encima de la elevación del promedio.
·         El plan requiere programas más precisos.
Puesto que un plan pretende modificar procesos, es necesario que las prácticas consideradas necesarias para modificarlos se revisen en forma permanente por parte del propio equipo que las definió. A esta revisión se le llama monitoreo. El cual también es un trabajo grupal.
A lo largo de todo el proceso, es esencial fortalecer el dialogo con nuestros beneficiarios. Este dialogo proporcionará insumos importantes en nuestro intento de modificar las prácticas escolares y, lo que es más importante, nos ayudará a tener presente el objetivo hacia afuera, que es lo que motiva originalmente el proceso.
Los resultados se evalúan. En la educación, la evaluación es una práctica común. El problema es que sólo se evalúa, no se monitorea. La evaluación sin monitoreo no permite mejorar la calidad.
Desde la perspectiva  de la filosofía de la calidad, se evalúa con el resultado, pero no por el resultado. Se trata en la evaluación, de verificar por medio de los resultados y no de verificar los resultados mismos.
De esta forma estaremos aplicando el ciclo PHRA de la calidad total: planificar-hacer-revisar-actuar.
Opinión.
Como en todo proceso se debe llevar un orden de los pasos a seguir para lograr la calidad educativa, y que mejor ejemplo para representar esto que las planificaciones de los docentes para cada una de sus clases, ya que cada maestro antes de proponer las actividades que van a desarrollar en el transcurso de la clase, antes deben tener en cuenta los problemas que presentan sus alumnos en la elaboración de algunas actividades, por lo que con base al reconocimiento de esos problemas e idear un plan para compensar éstos, después deben llevar a cabo la actividad, y revisar si con esa actividad logró que el alumno obtuviera los conocimientos planeados.

Schmelkes S. (1995). La planeación y la evaluación para la calidad. En: Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 89-100). México DF., SEP

Capítulo VII la calidad conduce al mejoramiento continuo de las personas involucradas.

Según la autora de este libro (Sylvia Schmelkes, 1995), cuando supervisión y gestión no se conciben en lo fundamental como funciones de apoyo al buen desempeño del trabajo, suelen suceder fenómenos muy tristes. Los trabajadores pierden el interés por hacer bien las cosas.
Por el contrario, cuando una persona se siente importante en un trabajo, hará todos los esfuerzos por quedarse en él. Se sentirá importante si puede sentirse orgulloso de su organización.
En términos generales, el problema de la calidad no reside en los docentes, sino en el sistema con el que opera la escuela. Sin embargo, la solución si depende el equipo de docentes, siempre y cuando sea capaz de modificar el sistema.
Cuando el equipo de docentes, encabezado por su director, se da a la tarea de modificar el sistema y de mejorar los procesos para alcanzar mejores resultados, atendiendo a las necesidades de los beneficiarios, los participantes se desarrollan como personas.
Por eso la filosofía de la calidad está orientada a las personas y dirigida a sus esfuerzos.
Lo importante de la calidad es la calidad de las personas.
La búsqueda de la calidad genera el espacio para que esto sea posible. Le da un sentido de transformación al trabajo cotidiano.
Cuando en nuestras escuelas logremos crear las estructuras que permitan desarrollar a las personas, podremos tener la certeza de que estaremos en una posición privilegiada para proponernos lo mismo con nuestros alumnos.
Revisemos los valores que nosotros podemos vivir en forma congruente al participar en un proceso de mejoramiento de la calidad, y los valores que parecería deseable formar en nuestros alumnos. Como: identidad, libertad, responsabilidad, el respeto al bien común, equidad, justicia, solidaridad, compromiso y congruencia.
Opinión.
La calidad de persona es un fundamento esencial para lograr inculcar la calidad, es decir, como puedes exigirle a un alumno que respete a sus compañeros, si tu como docente no los respetas, un ejemplo claro de esto, lo observe durante mi primera jornada de observación, donde el profesor de matemáticas regañó a dos jovencitas por estar comiendo en el salón de clases, por lo que las sacó de su clase, sin embargo, en cuanto termino de dar su explicación y asigno una actividad al grupo, se sentó en su escritorio frente al grupo a comerse una torta que llevaba en su maletín. Con el anterior ejemplo, quiero dejar en claro que no es posible inculcar valores a los alumnos sin predicar con el ejemplo.

Schmelkes S. (1995). La calidad conduce al mejoramiento continuo de las personas involucradas. En: Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 77-88). México DF., SEP.

Capítulo VI la calidad requiere liderazgo.

Según la autora de este libro (Sylvia Schmelkes, 1995), en un proceso de  mejoramiento de la calidad, el papel del director es fundamental.
La calidad requiere un nuevo tipo de liderazgo, basado en la experiencia y en la convicción personales, y no necesariamente en la escolaridad, edad o rango.
El director debe ser el primero y el más comprometido con el propósito de de mejorar la calidad.
La calidad comienza con una idea, con un plan, que es establecido por el director.
El líder de un proceso de calidad debe ayudar a los docentes a trabajar más inteligentemente, no más duramente. La meta es lograr que el maestro esté orgulloso de su trabajo.
No se puede planear mejorar la calidad de la escuela a partir de intuiciones. Es necesario contar con información solida e interpretarla correctamente. Tenemos que conocer las condiciones y las necesidades de nuestros beneficiarios y la forma en que estamos fallando en su satisfacción. Y tenemos que ser capaces de monitorear el proceso de solución y de evaluación de sus resultados.
El director debe ser capaz de idear y de conducir estos procesos de investigación.
Mejorar la calidad es un proceso que exige una formación continua, a partir de las exigencias de nuestros objetivos hacia afuera y de las metas que nosotros mismos, en grupo, nos proponemos lograr. Al director le corresponde  impulsar que este proceso, esencial para la calidad, tenga lugar.
Hay dos maneras para lograr el mejoramiento de la calidad: a través de de la innovación y a través del mejoramiento continuo. La primera  generalmente cambia radicalmente alguna práctica establecida. Y la segunda cambia poco a poco  y día con día las prácticas que se han detectado como poco conducentes a la calidad.
El director tiene dos funciones: la función estimulante y de apoyo y la función de control. La primera está dirigida a los procesos y la segunda está dirigida a los resultados. 
Opinión.
En una escuela si no existe un liderazgo de efectivo, será mucho más difícil  que la escuela pueda llegar a tener una buena calidad educativa, este tema me parece muy interesante ya que lo puedo relacionar con las conferencias que tuvimos la oportunidad de presenciar  el día 30 de Noviembre durante el Seminario Internacional de Liderazgo en la Educación Básica, donde Stephen Harrison(coordinador de Connecting Classrooms Salford, Reino Unido), explicó la importancia del liderazgo en las escuelas de México y Reino unido. Lo que me parece interesante, ya que todo lo que compartió de sus experiencias en UK, son muy parecidas a las que yo pude observar no sólo en mis jornadas de observación, sino también en mi vida académica. En una escuela donde la cabeza, en este caso el director, no está al pendiente del progreso de calidad en su escuela, en sus docentes para que  mantengan su estado de actualización para el mejoramiento de su enseñanza y sobre todo en los problemas y necesidades de todos los beneficiarios de la escuela, no se podrá alcanzar la calidad requerida para lograr ser una escuela efectiva.

Schmelkes S. (1995). La calidad requiere liderazgo. En: Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 65-75). México DF., SEP.

martes, 22 de noviembre de 2011

V.- la calidad depende de todos los que participan en el proceso.

En una escuela, los resultados dependen de las personas y de las interrelaciones entre las personas. Por  eso,  un movimiento hacia una mejor calidad del proceso educativo requiere del involucramiento activo de todos los agentes implicados.
No basta con que todos participen. Deben hacerlo en equipo. El  trabajo en equipo hace que se tomen decisiones y se trabaje sobre ellas. El equipo se complementa, se forma y se refuerza.
Los equipos deben identificar el problema, conocer sus causas, diseñar soluciones y buscar nuevas formas para lograr niveles aún mayores de resultados.
Todos los problemas de una escuela son susceptibles de ser atendidos a través de equipos de trabajo, o círculos de calidad. La condición es que haya mecanismos continuos de  comunicación entre equipos, y un apoyo constante y estimulante de parte del director de  la escuela.
Una escuela debe convertirse en  una comunidad educativa en la que participen activamente alumnos, padres de familia y miembros de la comunidad. La calidad  educativa les concierne a todos. No son los docentes los únicos integrantes de una escuela.

Opinión.
En este capitulo al igual que el anterior me gustaría relacionarlo con la lectura de Peter Mortimore, donde enumera los once factores para las escuelas efectivas, los cuales son sin duda, la conjunción de esfuerzos de los maestros, alumnos, padres de familia y miembros de la comunidad dentro de las escuelas para lograr una calidad educativa, ya que ésta depende de todos y es importante que todos colaboren para alcanzarla.

Schmelkes  S. (1995). La calidad depende de todos los que participan en el proceso. En: Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 55-64). México DF., SEP.

IV.- La calidad está en el proceso

El mejoramiento de la calidad es un proceso que nunca termina. Siempre tenemos que estar insatisfechos con los niveles de calidad alcanzados, porque siempre será posible mejorarlos. El mejoramiento alcanza nuevas alturas con cada problema que se resuelve.
El objetivo de todo movimiento por una mayor calidad es mejorar los resultados de aprendizajes de todos los niños y es el proceso lo que produce esos resultados.
Una organización es un proceso porque está constituida fundamentalmente por relaciones. De estas relaciones dos son las más importantes: las relaciones con los beneficiarios y las relaciones entre quienes en ella trabajan. Mejorar la calidad significa mejorar esas relaciones (maestro-alumno, alumno-alumno, alumno consigo mismo y relación escuela-comunidad).
 Mejorar la calidad del proceso  requiere una transformación de las actitudes de las personas de quienes depende la calidad.
Opinión.
Es cierto que el principal elemento para lograr la calidad es la constancia, y que  para mejorar los aprendizajes de los alumnos, se debe de  tener en cuenta el mejoramiento de las relaciones entre las personas que intervienen en el proceso de educación, y esto se puede relacionar con el texto de Peter Mortimore que menciona las Características Clave de las Escuelas  Efectivas, las cuales al interpretarse cada una de ellas denota las relaciones entre todos los actores de la organización educativa.
Schmelkes  S. (1995). La calidad està en el proceso. En: Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 49-54). México DF., SEP.