Según la autora de este libro (Sylvia Schmelkes, 1995), la calidad tiene implicaciones de cambio cultural profundo en la organización.
La complacencia es el peor enemigo de la calidad, por lo que implica crítica y autocrítica. La condición es que la crítica genere sugerencias, sea creativa y constructiva, y conduzca a que todos mejoremos.
Para que realmente pueda darse un proceso de crítica y autocrítica, en un ambiente de libertad, es necesario que esto se trate abiertamente en las reuniones de equipo al iniciar un proceso de mejoramiento de la calidad.
La calidad implica valorar la diversidad. No se trata de que todos pensemos igual, ni de uqe todos veamos las cosas de la misma manera. Por el contrario, la pluralidad de los puntos de vista es lo que enriquece la posibilidad de encontrar soluciones.
Si aceptamos y respetamos las diferencias, tendremos la posibilidad de llegar a consensos mucho más profundos. El consenso que se logra supone que todos han llegado a un convencimiento profundo de que lo que se decide es la mejor opción.
El beneficiario es la referencia obligada de todo proceso de mejoramiento de la calidad, es lo que motiva al plan.
La calidad se preocupa más por la justicia que por la igualdad.
Nosotros, como causantes de la calidad, tenemos la exigencia de creer en nuestros alumnos. Creer en los alumnos significa apostar a que son capaces de aprender como aprenden los mejores alumnos del país.
La calidad se comparte. Lo anterior significa que tenemos la obligación de compartir con nuestros colegas maestros, y con nuestros superiores y autoridades educativas, nuestros logros y las formas en que los hemos obtenido. En educación, la verdadera medida de la calidad se encuentra en la extensión del movimiento a otras escuelas de la región, a otras regiones, al sistema educativo como un todo.
Opinión.
Al igual que en los capítulos anteriores, la autora deja en claro que la calidad tiene implicaciones muy profundas, ya que no sólo se trata de buscarla y encontrarla, sino que tiene que llevar un largo proceso donde todos los involucrados participen y logren llegar a un acuerdo mediante la crítica y la autocrítica, lo cual es lo más difícil de conseguir.
También nos recuerda que los beneficiarios son el motivo de todo proceso de mejoramiento de educación, por lo que es necesario hacerlos participes y compartir con ellos el resultado del proceso. Lo cual me recuerda los temas tratados en la clase de Escuela y Contexto Social, donde la maestra nos explicaba que la comunidad interviene de manera directa en la escuela, y es la que exige el proceso de un mejoramiento de calidad educativa, ya que ellos son los afectados por el mal desempeño académico que la falta de calidad provoca.
Schmelkes S. (1995). Algunas implicaciones de la calidad. En: Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas. (pp. 117-125). México DF., SEP.